Para
lavar las frutas y las verduras se recomienda no ponerlas en remojo, ya que de
esta forma perderíamos algunos nutrientes.
Lo más adecuado es lavarlas con agua
potable abundante y escurrirlas cuidadosamente.
En el caso de las frutas que lo permitan, es preferible
consumirlas con su piel lavándolas previamente con abundante agua potable.
Fuente: ABC