Después de la emoción de los
preparativos de la boda, la realización de la misma y la luna de miel, todo
vuelve a la calma y hay que enfrentar la nueva realidad de la convivencia en
pareja.
Los
primeros meses son dulces pero a la vez desafiantes porque se están explorando
el uno al otro en todas las áreas. Son meses de acoplamiento y de establecer
las reglas del juego.
Hay
que ser conscientes que si a veces es un poco complicado convivir con nuestra
propia sangre (padres y hermanos), hacerlo con el ser amado que a la vez es un
desconocido en muchos aspectos, requiere madurez, respeto y muy buena
comunicación para establecer las bases de una relación duradera.
La
parte financiera es muy importante y sabemos que muchas relaciones terminan a
causa de un mal manejo de las finanzas por una o ambas partes.
Este
y otros temas es ideal hablarlos antes de dar el gran paso, pero nunca es tarde
para hacerlo.
La
competencia en la pareja no es buena y menos cuando se trata de dinero. Sacar
en cara que uno gana más que el otro o que uno de los dos es un mantenido
porque no trabaja, es el comienzo del fin. Es importante ser compañeros y
trabajar en equipo dejando a un lado el egoísmo.
Entrando
más en detalle, te preguntarás: ¿Cuál es la mejor manera de manejar las
finanzas del hogar?
Lo
ideal es tener una cuenta compartida donde se deposita lo que ambos ganan, y
otra para los gastos de la casa. Se debe transferir a esta última el dinero que
el presupuesto indica serán los gastos del mes. Es sano establecer una cantidad
mensual para los gastos personales de cada uno y ambos deben comprometerse
a que cada mes conciliarán juntos el movimiento de las cuentas. Es una buena
costumbre consultar con el otro cuando se deban hacer gastos inesperados e
importantes.
Que
cada uno tenga su propia cuenta de banco y otra en común para los gastos de la
casa donde ambos contribuyen de acuerdo a lo pactado es otra posibilidad, pero
creo que atenta de alguna manera contra el propósito de unión de la pareja.
Planificar
en pareja es más edificante que hacerlo de manera individual.
Fuente:
Juan Fernando Montesdeoca, Discovery Mujer