
Lamentablemente hasta ahora no existe alguna vacuna o remedio contra
la obesidad y menos en niños, lo único efectivo que
existe es que los padres fomenten buenos hábitos alimenticios en los
pequeños, amor y cuidados para que se alimenten de una forma más
saludable.
Prevenir la obesidad en niños requiere de poner manos a la obra de
inmediato antes de que esta condición se vuelva una realidad y surjan
otras complicaciones, por ejemplo la hipertensión, diabetes mellitus,
artritis, depresión, ansiedad, baja autoestima y desórdenes en la conducta
alimentaria.
La hora de la comida
Expertos en nutrición recomiendan que la hora de la comida no sea una
tortura, o ver la comida como un premio:
• Equilibrar balanceadamente la dieta de los pequeños de acuerdo al “Plato
del bien comer” (http://www.consumidor.gob.mx/wordpress/?page_id=10440).
• Sirve porciones pequeñas para los más pequeños. No los obligues a
terminar lo que está servido en el plato, recuerda que el cuerpo solo
consume lo que necesita, ni más ni menos; debemos de aprender a reconocer
las señales de saciedad.
• Evita comer frente al televisor, esto hará que se consuma más de lo
debido, en especial la comida chatarra.
• Que la hora de la comida, desayuno o cena sea agradable para todos.
No expongan los problemas en la mesa, pues el pequeño asociará este
tiempo con un momento incómodo y con el tiempo odiará comer.
• Presenta los platos atractivamente y tú también come lo que le vas a
servir a tus hijos, recuerda que el ejemplo es la mejor enseñanza.
• Siempre propón dos o tres menús para que tus hijos elijan qué comer.
• Si tus pequeños están tristes o sacaron buenas calificaciones, no los
consueles o premies con comida, pues a la larga esto creará un mal hábito
y cualquier situación que no puedan manejar en la adultez la aliviarán con
comida.
Fuente: El Diario de la Nena