La importancia de dejar un testamento

Un testamento es un  acto de amor porque perpetúa en vida tu interés por aquellos seres que más amas aun después de la muerte.

Hablar de la muerte es algo que a muchos incomoda o simplemente evitan hablar de ello. Lo cierto es que nadie tiene la vida comprada, por ello hay que ser precavidos y dejar todo en orden.
El testamento es la opción más sencilla y económica de repartir los bienes y pertenencias.


Ante la falta de una o las dos cabezas del hogar, la repartición de los bienes puede convertirse en motivo de disputas entre hermanos  e incluso entre padres e hijos sino lo has dejado claramente estipulado.

Cuando los hijos son menores de edad, es muy importante pensar que ante la ausencia de los padres debe haber una persona encargada de continuar la importante tarea de criarlos. Esto debes hablarlo y acordarlo previamente con esa persona para asegurarte que está dispuesta a asumir esa responsabilidad, y debes dejarlo por escrito.

El nombramiento de un albacea es igualmente importante porque será la persona encargada de hacer cumplir tu última voluntad, cuidará de los bienes  y les dará el destino que tú hayas decidido.

Otra alternativa a considerar es el fideicomiso. Típicamente usado por personas con grandes patrimonios dentro de los cuales pueden haber activos de valor variable como acciones cotizadas en la bolsa, participaciones accionarias en empresas y obras de arte entre otros.

Normalmente se usa cuando se duda de la capacidad de los herederos para administrar el patrimonio ya sea porque son menores de edad, por falta de experiencia o por algún impedimento físico o mental. El testador puede poner cuantas condiciones quiera para que los herederos accedan al patrimonio y al producto del mismo.

Por todo lo anterior, el testador recurre a una entidad bancaria para que sea esta la que se encargue de la administración y manejo del patrimonio. Esta también es responsable de entregara a los herederos el producto del patrimonio invertido en ese fondo. Esto lógicamente tiene un costo que se debe pactar previamente con la institución bancaria.

Fuente: Juan Fernando Montesdeoca